2011 | 352 pp. | Tría Ediciones | 9788493893507

 

¿Por qué Plano Americano? Como muchos ya sabréis, Carmen y amig@s ha organizado, a lo largo del mes de febrero, la lectura conjunta de una novela sobre cine, titulada «Plano Americano«. Una vez que en el sorteo que la antecedió he ganado un ejemplar que me facilitaba la participación, hoy os traigo mis impresiones sobre la misma.


«Vivir es aprender a ir perdiendo»


Impresiones: Febrero fue el mes de los Oscar, que ya van por su edición número 84, y más una vez se ha confirmado que la novela es una fuente de inspiración privilegiada para la industria del cine. Sin embargo, la comparación que se establece entre la cualidad de una adaptación cinematográfica y su original literario sigue siendo una cuestión polémica que difícilmente genera consenso entre investigadores, profesionales de ambos sectores o aficionados. No obstante lo anterior, la pregunta que cabría formular hoy aquí sería totalmente distinta: ¿cuántas novelas sobre cine son, desde vuestro punto de vista, imprescindibles en una biblioteca? o, simplemente, ¿cuántas habéis leído en los últimos años? Desde mi experiencia lectora, puedo decir que «Plano Americano» ha sido la primera y, precisamente por ello, no restaría razón a los comentarios de García Márquez, quien en 1989 en una entrevista para The Times Literary Supplement reiteraba su preferencia por mantener los diferentes medios de expresión artística separados.


«Plano Americano» narra la historia de Fernando Pérez del Castillo, un tímido joven madrileño, que exhibe una extravagante cabellera rubia y aspira a convertirse en una estrella del arte de interpretación escénico. Sin embargo, ni el legado de su tatarabuelo, héroe de la guerra del 98, ni su álter ego, Sergio, consiguen que su vocación se luzca en los castings en que participa o suavice la seriedad de sus profesores de la escuela de interpretación. Por ello, decide embarcar en una aventura transatlántica, cuyo primero destino es Bogotá, uno de los núcleos latinoamericanos del espectáculo de las pasiones. A partir de aquí, y coincidiendo con el inicio de la acción, Fernando se convertirá en el principal protagonista de una serie de episodios insólitos, dentro y fuera de los escenarios del melodrama, que lo conducirán a Ciudad de México y, por fin, a la Gran Manzana.


Sentado lo anterior, he de advertir que, tras este atractivo argumento, el lector se depara con un estilo narrativo denso, casi académico, saturado de citaciones intertextuales de distinta naturaleza. Asimismo, durante su lectura, saltan a la vista nombres tan sonantes como Freud o Hitchcock y un sin fin de referencias a películas, series de televisión, libros, entre otros. Aunque todo esto da cuenta indudablemente de la erudición de sus autores, a mí me ha resultado, en varias ocasiones, francamente repetitivo y aburrido. Probablemente ello se deba a la trayectoria profesional de los hermanos González Ruiz, en cuyos currículos destacan la enseñanza de filosofía en institutos de secundaria y la autoría de diversos libros de texto de esta disciplina.


Así las cosas, me atrevo a afirmar que esta es una novela que sobrepasa las fronteras del entretenimiento, al cumplir más bien una función de difusión y ampliación cultural, y crítica social. Respecto a este último aspecto, la reflexión gira principalmente en torno a la institución familiar contemporánea, incidiendo sobre todo en la problemática de su desintegración gradual por vía de la incomunicación, las presiones derivadas del estatus social de los progenitores, entre otras. Sin embargo, los autores tampoco pierden la oportunidad de mapear los típicos estereotipos con los que se asocian las «celebridades» que con cierta regularidad dan cita en los famosos «programas del corazón» o aparecen en la prensa rosa. Para ello, recurren, en la mayoría de las ocasiones, a esa tal «voz off» (Sergio) que se caracteriza por una sinceridad cruel y por el uso de un lenguaje coloquial que contrasta, de forma abismal, la actitud siempre educada del protagonista.


Para concluir con esta exposición, quiero señalar que, para mí, el relato de la historia se ve penalizado por descripciones superfluas y reiteraciones excesivas, lo que inevitablemente convierte su lectura en una tediosa experiencia. En este sentido no debe confundirse el indiscutido dominio y conocimiento que demuestran sus autores sobre este terreno con la satisfacción que se obtiene de la lectura de esta novela. Precisamente por ello mi recomendación va dirigida a todos los aprendices de estrellas o profesionales del sector, y no a los meros aficionados al cine, que se conforman con ver unas cuantas películas al año.

 

Agustín González Ruiz (Madrid, 1964) es Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, amplió estudios en las universidades de Salzburgo y Múnich, de cuya correspondiente facultad es Doctor en Lógica y Teoría de la Ciencia. Se dedica a la enseñanza de la filosofía en institutos de secundaria desde el 2000. Es co-autor con su hermano Fernando de los libros de texto: «Filosofía» (2002), «Filosofía y Ciudadanía» (2008), entre otros. Es autor asimismo de diversos cuentos infantiles, guiones cinematográficos, ensayos, artículos especializados y numerosas traducciones.

Fernando González Ruiz (Madrid, 1972) es licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense, profesor titular de enseñanza secundaria de esta asignatura desde 1996, es autor de diversos libros de texto: «Filosofía» (2002), «Filosofía y Ciudadanía» (2008), «Educación Ético-cívica» (2008) e «Historia de la Filosofía» (2009). También son de su autoría diversos guiones cinematográficos, entre los que destacan «Legalo Laquel«, «Quemados» y «OFF«.


Clasificación: Recomendado para los aprendices de estrellas y profesionales del sector

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Otras opiniones dentro de la lectura conjunta:

Carmen y amig@sCopiando libros; Reseñando que es gerundio; La casa de san Jamás; Cazando estrellas; Caminando entre libros; Aprendiz de mucho.