2008 | 208 pp. | Debolsillo | Os cus de Judas | 9788499897523
«El miedo a volver a mi país me comprime el esófago, porque, ¿sabe?, dejé de tener lugar fuese a donde fuese, he estado demasiado lejos, demasiado tiempo como para volver a pertenecer aquí, a estos otoños de lluvias y misas, estos demorados inviernos opacos como bombillas fundidas, estos rostros que apenas conozco bajo las arrugas dibujadas, que un caricaturista irónico inventó. Floto entre dos continentes que me repelen, desnudo de raíces, en busca de un espacio blanco donde anclar (…) mi esperanza avergonzada.»
Impresiones: Nietzsche escribió “contamos con el arte para que la verdad no nos destruya”, y pocas formulaciones pueden resultar tan afortunadas si lo que se pretende es hablar de ese pequeño archipiélago de la angustia, creado con pulso intimista, por el novelista portugués António Lobo Antunes en las que son sus dos primeras obras. Si “Memoria de Elefante” (1979), por su parte, retrataba su condición de extranjero solitario en la ciudad que lo vio nacer, el epicentro del argumento de “En el culo del mundo” (1979) está en el peregrinaje de los condenados a luchar en una guerra que no era la suya, “contra un enemigo invisible, contra los días que no se suceden y se alargan indefinidamente, contra la añoranza, la indignación y el remordimiento, contra la espesura de las tinieblas opacas como un velo de luto”.
La novela asume la forma de una conversación entre dos amantes ocasionales en una madrugada etílica, en la cual el altér ego del autor evoca recuerdos fragmentados de los veinte siete meses que pasó bajo el sereno e inalcanzable cielo de África durante la guerra colonial. Pero, como ya viene siendo habitual, esta parcial autobiografía-ficticia de papel no se perfila exclusivamente como un retazo iluminador de la memoria histórica de una nación anclada a los gloriosos hechos de un pasado demasiado lejano, sino que viene también a arrojar cierta luz sobre las heridas abiertas grabadas en el alma del protagonista, para quien, ese momento concreto, supuso una metamorfosis irreparable y una ruptura definitiva con los lazos que le unían a vidas que “proseguían irritantemente en su ausencia al ritmo de la costumbre”. En sus propias palabras, “tal vez la guerra haya ayudado a hacer de mí lo que soy ahora y que íntimamente rechazo: un solterón melancólico a quien nadie llama por teléfono y cuya llamada nadie espera, tosiendo de vez en cuando para imaginarse acompañado (…)”. Así, puede decirse que, lejos de ser una interpretación crítica de los últimos años de la dictadura de Salazar, “En el culo del mundo” es, sobre todo, una auto-representación del naufragio existencial de un hombre desencantado, aplastado por la soledad y el aislamiento.
Sin embargo, esa especie de paralelismo temático no es el único elemento que comparten esta novela y la anterior. En “En el culo del mundo”, el autor vuelve a lucir un magnífico manejo de los recursos retóricos y a proyectar simultánea y alternadamente acontecimientos inscritos en múltiples planos temporales, exigiendo al lector otra lectura de la obra. Dicho esto, no puedo dejar de expresar que, si me mantengo firme en mi propósito de descubrir toda la biblioteca de este prolífico escritor, algo en mí forma de leer habrá cambiado para siempre. Además de sentir la necesidad de tener siempre un diccionario a mano, la lectura de algunos capítulos exige una consecutiva re-lectura con el fin de comprender y absorber cada detalle de la sucesión de imágenes reproducidas a velocidad crucero y la elección de uno u otro fragmento ya no se limita a la transcripción de frases cortas, sino de páginas enteras. Pero, quizá este sea el único mecanismo que permita que uno se sumerja de lleno en sus novelas, pues, parafraseando al mismísimo Lobo Antunes, “una buena novela te enseña a leerla”.
Expuesto todo lo anterior, sobra decir que recomiendo vivamente su lectura, principalmente a todos aquellos lectores que han disfrutado genuinamente del proceso de introspección retroactiva, de las pinceladas de poesía, de las referencias culturales y del tratamiento de la sensualidad presentes en “Memoria de Elefante”, porque esta segunda novela funciona como una suerte de complemento de la primera.
Conclusión: Provisto de la paciencia de los más viejos y de la pertinacia de los más jóvenes, uno no alcanza la última página del libro sin murmurar: ¡Qué bella novela!
Otras novelas comentadas en el blog:
«Memoria de elefante«, 2006
Tengo ganas de leer un libro suyo, hace muchos años me lo recomendaron, pero todavía no me he puesto con ello. Gracias por esta nueva recomendación.
Buenos días, Esther. Yo te recomendaría que empezaras con «Memoria de Elefante», porque, al final, la novela versa sobre un tema más universal; ya en «En culo del mundo» tienes la distracción de Angola. Un abrazo,
Tras leer tu conclusión de que esta novela es un complemento de «Memoria de elefante», he pulsado para releer lo que opinabas de esta última, pues mi memoria a veces deja de recordar.
Apunto el de «Memoria…» para empezar a conocer a este autor.
Un abrazo
No leí la obra a la que aludes como referente así que esta la dejaré quizá para más adelante, una vez me haya estrenado con este autor, al que le debo al menos una lectura…
Besines y feliz miércoles!
Tengo anotada Memoria de Elefante….si la disfruto tanto como tu no dudaré adentrarme en esta…pero este estilo siempre me cuesta más jeje
Un beso!
Pues con esta novela me has convencido, tiene muy buena pinta y parece ser una de estas historias que permanecen para siempre contigo.
Gran reseña!
Besos,
Entre esta y la reseña de Memoria de elefante me tienes convencidísimo de probar a este portugués al que inexplicablemente (o explicablemente: ¡hay tantos libros en el mundo) todavía no le he hincado el diente.
La puesta en escena inicial de aquellos dos amantes esporádicos, los recuerdos de 27 en 27 meses y esos retazos de la época colonial me parecen rasgos de la novela absolutamente geniales. No hay como un buen comienzo para captar el interés del lector. Gracias, Marisa. Un beso
Eso de tener el diccionario a mano a veces me desconcentra. Sin duda un título a tener en cuenta, aunque según se desprende de tu análisis es recomendable especialmente si ya estás iniciado con el autor,no? Un besote!
No te creas, Meg. A mí, personalmente, me gustó más «Memoria de Elefante» por la temática; pero ambas novelas son buenas opciones para iniciarse con el autor. A partir de aquí, según mis investigaciones, es cuando empieza a combinar múltiples voces y eso sí puede ser un problema.
Sigo dándole vueltas y vueltas a como enlazas la cita con la reseña, recoges el tono del libro en la frase de Nietszche y lo expandes. Es, como dices, una formulación muy afortunada. A ambos nos gustó más Memoria de Elefante, se ha convertido en uno de esos libros que me acompañará siempre. Os cus de Judas tiene un alma diferente, no es mejor ni peor, es una vibración distinta por eso le di cinco estrellas, que para mí significan relectura obligada, incides también en la invitación implícita de la obra a lecturas subsecuentes. Es una reseña absolutamente brillante y más habiendo leído el libro, veo todos los meandros temáticos delineados y como dices, a pesar de los pesar de los pesares, me refiero al tema central o a uno de ellos, al contexto, es una muy bella novela. Un beso
Hola, Yossi. Ya ves que he seguido tu consejo de publicarla esta semana. Como bien sabes, la cita de Nietszche fue lo primero que he leído del libro que me acompaña estos días y, aunque la del pintor Georges Braque también me gustó, está claro que no recogía el tono del libro. Cuestión de suerte. Por otra parte, yo también me quedo con «Memoria de Elefante», por lo que la relectura tendré que hacerla sobre la edición original. Creo, incluso, que no me hace leer de nuevo «Os cus de Judas». He vuelto al inicio tres veces, y cada capítulo fue objeto, cuanto menos, de dos lecturas.
Entre tus recomendaciones y la pluma de ALA, empiezo a cambiar irremediablemente mi forma de leer 🙂 Un beso,
Me pasó lo mismo que a ti, releía y releía y me veía incapaz de retener tantas imágenes… una al azar…gotas de lluvia en un cristal como verrugas, por no hablar ya de las metáforas A=A. Memoria de Elefante merece relecturas y relecturas, tanto por el estilo como por la historia en sí, es un libro que desmarco de los demás y coloco en el grupo de esos a los que siempre vuelvo.
O, «el gigante eco de los pasos de nadie en salas desertas».
No he leído nada del autor, me quedo con tu final «Qué bella novela» y con el apunte de que a ti y a Yossi os ha gustado más Memoria del Elefante. Quada todo apuntado.
Este autor lo tengo pendiente desde hace una inmensidad de tiempo. Me está pasando con él como me pasó con Saramago, que tardé en leer sus obras y ahora me fascina como escritor, espero que me pase igual (y por lo que cuentas en tu reseña así va a ser). Esta es buena obra para empezar, me la compraré en la Feria del Libro que empieza ahora.
Un saludo.
La cita que has elegido de Nietzsche siempre me ha impactado: con un comienzo como ese es difícil resistirse a incluir este libro como futura lectura. No sé si me iniciaré con el autor con esta obra, ya que no es la temática que más me suele apetecer, pero en cualquier momento seguro que se atraviesa en mi camino. 1beso!
Pues en este caso me quedo con dudas, parece una lectura complicada o al menos leer con el diccionario a mano o tener que releer es lo que me lleva a pensar… creo que me animaré primero con Memoria de elefante
besos
Que buenísima reseña, de verdad.
Este te lo cojo apuntado, como no. Me parece perfecto para la calma veraniega que se me aproxima si el tiempo lo permite
Besos
Vaya, pues no he leído la primera pero creo que tendré que hacerlo sin falta. 🙂
Madre mía, reseñaza, los archipiélagos de angustia y la genialidad en la conclusión… lo primero que diría es ¡qué buena reseña! Me ha encantado leerte Marisa, tanto en esta ocasión como con Memoria de elefante se aprecia en tus palabras una conexión total con las novelas. Estoy más que convencida para leerlas. Pero sobre todo te felicito por como has sabido transmitirlo, uauuu!!
Un beso 🙂
Pues soy de los que desconocía las obras del autor. Me llaman la atención, buscaré a ver si cae alguna de las dos, aunque creo que me afanaré en buscar con más prisa la primera.
Buena reseña.
Qué magnífica reseña te has trabajado, Marisa. Tengo a a «Lobo Antunes» pendiente de lectura con esa «Memoria de elefante» pero después de leerte es imposible no llevarse también esta novela a mi lista de deseos. Y ese protagonista, con esa soledad tan férrea de la que nos hablas, promete.
¡Un abrazo!
Magníficas líneas, Offus! Tengo para leer ‘Fado Alejandrino’ del mismo autor, pero parece que ‘Memoria de Elefante’ arrasa en los gustos de los comentadores… Recibe un beso desde el otro lado del Atlántico.
Me encanta la frase: «una buena novela te enseña a leerla». No he leído nada de este autor pero todo indica que es una pluma que merece la pena descubrir así que lo tendré en cuenta. Los pasajes que has seleccionado e insertado en la reseña me han gustado mucho.
Un besin
Me ha encantado tu conclusión, por lo que dices es una novela a tener muy en cuenta, aunque ahora mismo no tengo la cabeza para estar con una novela que necesitas tener el diccionario al lado, pero me apunto a este autor para el futuro.
Un beso!!
Qué reseña más buena! A ver si me estreno pronto con este autor y me gustaría hacerlo primero con Memoria de Elefante, y seguro que detrás va este libro de hoy.
Besotes!!
Naturalmente apunto esta novela también puesto que Memoria de Elefante me gusto mucho.
Deduzco por lo que dices, y por el intercambio de comentarios con Yossi, que las imágenes en esta novela superan las de Memoria…, así que habré que poner calma y atención en su lectura.
Qué bonita conclusión.
Buenas noches y te deseo un feliz último viernes de mayo…
Prefiero las novelas que utilizan el conjunto (histórico o contextual) para ir a lo individual en lugar de que se queden en fechas y hechos didácticos, como denota ser la presente según leo. Me interesa bastante el autor, Lobo Antunes, tengo unos pocos libros de él, veré con cual me inicio, pero es más que fijo, y me encanta la dificultad, soy lento y me gusta absorberme mucho en la lectura, y sacarle sustancia, y esa dificultad equivale a todo ello, a obtener mucho, el arte siempre será una especie de lugar «infinito», aprecio su individualidad. Me encanta Nietzche, siempre dará un linea muy original de lo que representa algo trascendental, y a su vez deriva en muchas aristas desde esas particularidad. Un abrazo.
Curioso título que actúa como un cebo inmediato para poner al menos los ojos sobre la novela. Tu entusiasmo me deja con ganas de leer la novela y me la llevo a mi lista de pendientes que ya sabes que es interminable. Aún no tengo en casa nada de este autor y quizás sea esta la primera novela que intente leer aunque muchas veces las casualidades dejan nuestros planes a un lado.
No conocía el libro (el autor me sonaba) y si además hace referencia a otro anterior, habrá que organizarse y empezar por el primero ¿no?
Eso si, si llego a toparme con semejante título, no hubiese prestado atención a la novela, pero después de leer tu reseña, cualquiera no lo hace.
Un beso.
Ayyy, Offuscatio, recién he acabado con la Jelinek, la cosa iba bien con tu reseña, hasta que he leído que hay que aprender a leerla, que en ocasiones has tenido que retroceder, e incluso releer capítulos enteros. Me cojo un tiempo, pero me quedo con que eso pasa porque es una buena novela 😀
Otro libro de Lobo Antunes que nos reseñas y que tiene una pinta increíble de todas formas sigue apuntado en mi lista Memoria de elefante gracias a tu reseña claro, un beso
Qué buena reseña!!
Lo conocía, el título solamente (desde luego llama la atención), pero no sabía de qué iba exactamente… Anotada 😉
Besotes
Me gusta lo que nos cuentas pero tendré que empezar por el otro libro.
Besitos