2010 | 370 pp. | El peón espía | 9788493871628
¿Por qué El eterno olvido? Laky, de Libros que hay que leer, ha puesto en marcha a principios de año una lectura conjunta de la novela «El eterno olvido«, de Enrique Osuna. Confieso que al principio estaba reluctante, porque además de tener que aplazar una vez más mis lecturas pendientes, el argumento no había conseguido despertar mi curiosidad o motivarme lo suficiente para embarcar en una aventura que se esconde tras la pantalla de un ordenador. Sin embargo, cuando por fin me he decidido y empecé su lectura, sus más de 300 páginas apenas resistieron tres días en mis manos. Así que, desde aquí, aprovecho para agradecer a Laky la iniciativa y al autor la oportunidad de descubrir una novela que produce sensaciones tan dispares.
«(…) el olvido no tiene aliados: actúa al capricho de su voluntad rebelde, escondiendo para siempre lo que no queremos y restregando continuamente por nuestra cara lo que ordenamos desterrar. Lamentablemente, el olvido sólo se hace eterno cuando no lo deseamos.»
Impresiones: «El eterno olvido«, una novela de amor, intriga y suspense (según la sinopsis), gira en torno a un enigmático juego de Internet, Kamduki, que pretende encontrar la persona más inteligente y audaz del planeta. Por ello, cada uno de los nueve tests de inteligencia, cuyo grado de dificultad va en ascenso, es eliminatorio. Embrujado por el desafío y la expectación de recibir el mayor premio de la historia, el autor nos presenta así a uno de los principales protagonistas de la novela, Samuel. Un joven tímido, con un pasado desafortunado y atado a la monotonía de la rutina, que encuentra en la mirada de Lucía (la segunda protagonista) la serenidad, el amor y la cordura que le completan. Por su parte, Lucia es una lectora voraz, extremamente capacitada, que muestra una complacencia genuina por ayudar a los demás; la encarnación de la perfección que guarda en su interior un segrego aterrador. Como no será difícil adivinar, y aunque las reglas sean claras con respecto a la participación individual de cada concursante, Samuel halla en esta última una aliada a la altura de las circunstancias.
Una vez expuesto el argumento, quiero destacar diversas líneas interpretativas surgidas de su lectura. En primer lugar, y desde mi punto de vista, la novela está estructurada en tres partes distintas. La primera que habla de la relación de amor y sacrificio que se construye entre un abuelo, Julián Palacios, y su nieta prodigio, Noelia. Durante dichos capítulos, el lector se depara con una historia dulce y amarga en iguales proporciones, que seguramente no dejará a nadie indiferente. Pese a ello, y al contrario de la mayoría de las críticas que he leído, éste ha sido para mi el momento auge de la novela; la simplicidad y cercanía de los personajes y su entorno ha sido más que suficiente para cautivarme. No obstante, en el ecuador del libro, el autor da a la novela un giro imprevisto, mediante la introducción de elementos más fantasiosos. Y este es el punto clave en la trama que no acaba de entusiasmarme, una vez que lo asocié de inmediato a la obra «Huérfanos del mal«, de Nicolas D. y Estienne D’orves, que se centra en el programa de las SS durante la Alemania Nazi para crear una raza pura que perpetuará su poder sobre el mundo. A partir de aquí, y como no podría ser de otra manera, la novela gana un ritmo vertiginoso, recreando el ambiente típico de cualquier novela negra.
Pero más allá de los sucesos que dan lugar a las reflexiones anteriores, el autor aún encuentra espacio para plasmar divagaciones personales, de naturaleza filosófica, y denunciar algunos males que aquejan la sociedad en su sentido más amplio. Asimismo, el lector se depara con alguna que otra crítica explícita a la imprudencia de los medios de comunicación a la hora de publicar determinadas noticias, la indiferencia social ante las desgracias que ocurren a nuestro alrededor, la rivalidad política en detrimento del bien-estar colectivo, etc. Así las cosas, y sin querer desmerecer la calidad de la narrativa que nos presenta Enrique Osuna, me parece paradójico que la propia protagonista de la novela, Lucia, critique precisamente esta falta de concisión literaria. En sus propias palabras, «la herencia de Zweig la había moldeado así: no le gustaba encontrarse con interminables descripciones de paisajes, lugares o personajes ajenos a la verdadera trama. Procuraba rehuir de ese tipo de narraciones (…) en las que cada detalle superfluo aparecía sumergido en la intriga de los acontecimientos, como si realmente importara al lector. ¿No se trata en el fondo de un ardid literario para garantizar volumen?». Esta cuestión apunta automáticamente al interrogante de si el autor no se ha excedido en descripciones y detalles poco relevantes para precisar sus inquietudes personales sobre la sociedad contemporánea, y demostrar su destreza en diferentes género literarios.
Como última reflexión decir que, a pesar de todo lo anterior, Enrique Osuna me ha convencido. «El eterno olvido» está bien escrito y contiene personajes muy bien elaborados y creíbles. Otro punto a su favor es, indudablemente, el desfile de nombres sonantes de la literatura universal (Nietzsche, Stefan Zweig, Giovanni Papini, Antonio Machado, entre otros), e importantes ajedrecistas de la historia. En suma, «El eterno olvido» es una novela versátil y entretenida, aunque ni siempre sea fácil llegar al final de un capítulo sin perderse en descripciones superfluas.
Enrique Osuna Vega (Cádiz, 1966) nació en el seno de una familia humilde. Tras vivir tres años en Londres regresó a España justo a tiempo de ser testigo de la llamada Transición. Diplomado en Relaciones Laborales se ha dedicado a las más variopintas ocupaciones, desde vendedor ambulante hasta empleado de la Administración Pública, pasando por representante de comercio, asesor laboral, profesor de educación secundaria y una curiosa variedad de puestos en distintos sectores. Una vida que como él mismo ha dicho está plagada de proyectos y de bandazos descontrolados. En el año 2009 publicada su primer artículo en la revista Jaque. El mismo día que cumplía 44 años presentaba a su familia “El eterno olvido”, su primera novela.
Clasificación: Una lectura entretenida, capaz de alabar las cualidades y versatilidad del autor, pero que hubiese sido seguramente mejorable en lo que se refiere a la concisión literaria
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Otras opiniones dentro de la lectura conjunta:
La musa y el espíritu; El mundo de Dsdmona; Libros que hay que leer; Contra los límites; Lo que sea; O meu cartafol; Cargada de libros; Cazando estrellas; Mis lecturas y más cositas; Aprendiz de mucho; Cris y sus mariposas; La casa de San Jamás; Carmen y amig@s; De tinta en vena; Negro sobre blanco; Libros, exposiciones, excursiones;
Aquí me quedé; Mis lecturas de cabecera; As miñas cousas.
Una novela que a mí también me gustó mucho, la historia de Julián y su nieta despertó mi interés y ya no pude dejarla hasta el final, quizás como señalas el punto más flojo es la cantidad de reflexiones que incluye, algunas más interesantes que otras
un beso!
La primera vez que oí hablar de la novela fue precisamente en tu blog, pero el tema del ajedrez que tiraba un poco para tras. No obstante, ahora me alegro sinceramente de haber disfrutado de esta lectura tan versátil. Una especie de novela negra camuflada.
Me ha gustado mucho esta novela. Al principio con la relación del abuelo y la nieta ya me enganché y luego con el juego ya ni te cuento. Y me han gustado mucho las referencias a escritores y libros.
Besotes
A mí también me ha gustado la novela, y coincido contigo que la mejor parte de la historia está precisamente en la historia de Noelia y su abuelo, además de las pruebas de inteligencia.
A mi me enganchó mucho la novela, sobre todo hasta el túnel por la intriga del juego en sí. Me ha gustado tu reseña creo que junto a un par de ellas más, es de las que concuerda más con las impresiones que tuve del libro. Besos!!
Como he comentado a Margaramon, hasta el capítulo del túnel (dónde la historia se vuelve más fantasiosa), me ha gustado mucho la novela. A partir de ahí mi interés se ha visto un poco afectado por las semejanzas que encontré con la temática de otra obra.
Sí que resulta enriquecedor la lectura conjunta. Son veinte opiniones distintas, con sus particulares matices. Me encanta descubrir lo que opina cada lector, los detalles que considera positivos y los que cree mejorables. Y siempre se toma nota de todo.
Celebro, Offuscatio, que la novela haya conseguido hacerte pasar un rato ameno. Eso, al menos para mí, es lo principal en un libro.
Zweig era un genio de la concisión, y Lucía, el personaje de «El eterno olvido», una ferviente admiradora y seguidora de su estilo. Pero, ¡qué más quisiera!, yo no soy como ellos. Estoy de acuerdo en que todo lo que no es necesario sobra, pero conseguirlo al escribir no es fácil. Sobre todo porque el autor suele creer, con mayor o menor fortuna, que cada palabra que vuelca en un texto es necesaria a lo que pretende transmitir.
Un placer, cómo no, y siempre a vuestra disposición.
Primero, darte las gracias por pasarte por aquí y comentar la entrada. Me alegro sinceramente de haber participado en esta lectura conjunta.
Mientras escribía mi opinión sobre el libro, he pensado detenidamente en hacer una referencia a un fragmento de otro autor, que creo que sintetiza muy bien el debate en torno a la concisión literaria. Pero como lo he decidido descartar, aquí lo dejo ahora: «Si tales pormenores son o no son indispensables para el mejor entendimiento del relato es juicio que cada uno de nosotros hará por sí mismo, y no siempre idéntico, depende de la atención que se ponga, del humor, de la manera de ser de cada uno, hay quien valora sobre todo las ideas generales, los planos de conjunto, los panoramas, los frescos históricos, hay quien estima mucho más las afinidades y contrastes de los tonos contiguos, bien sabemos que no es posible gustar a todo el mundo» (in El año de la muerte de Ricardo Reis, de José Saramago). Desde mi punto de vista, esta citación sintetiza con perfección que lo he comentado es solo mi opinión, y puede que a otros lectores ese mismo elemento les resulte enriquecedor.
Me alegra que te haya gustado y que hayas participado en la lectura conjunta. Ahora mismo enlazo tu reseña a la mía.
Un beso
Gracias por organizarlo Laky. Muy probablemente si no hubiera participado en la lectura conjunta, ésta sería una obra que no llegaría a leer.
Tu reseña me ha parecido tan fascinante como la novela, no sólo porque coincida contigo en tus apreciaciones, sino por la forma en que lo has contado. Curiosamente, tengo mi reseña ya escrita (hasta el 14 no tengo que publicar) y me siento un poco mema porque leyendo esta, no tengo nada nuevo que contar.
Un beso.
Muchas gracias Kayenna. Seguro que tienes algo más para contar; desde mi punto de vista, este es un libro «ideal» para una lectura conjunta, debido a la versatilidad de los temas que presenta. Sin embargo, también entiendo lo quieres decir, ese mismo pensamiento me invadió cuando participé en la lectura de «Colgado en tus manos».
De tanto leer reseñas sobre este libro, le tengo muchas ganas, pese a los puntos negativos que comentas, y es que la trama me atrae. Tu reseña me ha parecido muy bien argumentada, sinceramente. Saludos.
Bienvenida al blog, y muchas gracias por el comentario. Para mí, «El eterno olvido» es una historia entretenida, con personajes cercanos y un estilo narrativo potente ¡Espero que te animes con su lectura!
Buenísima reseña. Y aunque hayas sacado ese puntito negativo, veo que la lectura te ha convencido. Y desde luego Enrique se convierte en un autor a tener en cuenta. A ver qué sorpresas nos depara.
Besotes!!!
Coincido contigo que es un autor a tener en cuenta; me ha sorprendido positivamente, a pesar de los comentarios que no quise dejar en el tintero.
Me ha gustado leer tu reseña, tanto en estilo como en contenido, realmente esto de las lecturas conjuntas es muy enriquecedor.
Saludos
A mí personalmente me encantan las lecturas conjuntas, pero, y como bien dijo Kayenna, los que se quedan para el final siempre tienen la sensación de ya hay muy poco que puedan añadir tras las apreciaciones publicadas. Sin embargo, este libro es una buena elección para una iniciativa de este tipo, puesto que se presenta muy polivalente y roza distintos géneros literarios.
Pues me estáis picando a leerlo una barbaridad con tanta reseña sobre el libro. Entre las citas, los acertijos..
Me gusta como suena y a todos os ha gustado el libro.
Besos
Es muy entretenido, aunque, por veces, su lectura pierde celeridad por las reflexiones personales del autor. De todos modos, me alegro de haber despertado tu curiosidad.
Muy buena reseña, como siempre. Hace tiempo que tengo anotado este título para próximas lecturas, pero todavía no le ha llegado el turno (se me acumula el trabajo). Pero si nada falla, lo descubriré este mismo año. ¡saludos!
Es inevitable que el trabajo no se acumule. De cualquier manera, te recomiendo su lectura en un momento en que desees leer algo entretenido y bien escrito.
Muy buena reseña, me ha gustado! El libro a mi también me gustó mucho.
¡Gracias! Esta ha sido mi segunda lectura conjunta, y resultó mucho más satisfactoria que la primera.
A mi también me encantó, es verdad que a veces sus reflexiones se van apartando de la trama principal, pero em muchos casos te permiten saber más de los personajes. Reseña completísima, me ha encantado!
Un beso!!
¡Gracias Meg! Creo que todos más o menos coincidimos sobre las reflexiones del autor, no obstante lo que no he conseguido absorber es que ayudara a profundizar en la caracterización de los personajes. De todos modos, ha sido una buena descubierta.
Muy buena reseña. Coincidimos en varios puntos, como el de las divagaciones…
Besos,
Ah, me ha gustado tu empleo de ‘reluctante’, directo del inglés ‘reluctant’, aunque solemos decir ‘renuente’.
Más besos, guapa!
¡Gracias por la nota Carmen! Lo cierto es que lo he empleado directamente del portugués (eheh), pero no antes de confirmar su existencia en el diccionario de la Real Academia Española. De todos modos, me quedo con una nueva palabra para añadir a mi vocabulario.
bueno, yo de las lecturas conjuntas me pierdo muchas porque luego los libros no se consiguen por estos lares, pero me doy gusto leyendo que les ha parecido.
así que renuente y reluctante son sinónimos…siempre se aprende algo leyendo los blogs 😉
un abrazo,
Ale.